Blog por la Restauración de la Sagrada Liturgia y la Doctrina genuina según el orden Solemne ADeum

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Lenta apuesta pero con suma eficacia y mucha prudencia por parte de los expertos Cardenalicios

miércoles, 10 de febrero de 2010

Un articulo un tanto desfazado... pero de un lujo enorme



08:25 16 de noviembre, 2009

La Iglesia en Chile.



Había comenzado en Religión Digital un análisis de la situación del episcopado en diversas naciones pues como católicos que somos entendía que era muy conveniente que conociéramos como está la Iglesia en otros países. Para ello solicité de amigos de confianza informes al respecto. En mi antigua torre se publicó el análisis del episcopado francés que, curiosamente, tuvo eco en la misma Francia, donde fue traducido y reproducido.

Hoy me llega lo que solicité sobre la Iglesia chilena. Os lo transcribo al tiempo que doy las gracias a los queridos amigos que lo elaboraron.

La Iglesia en Chile hoy

La Iglesia de Chile, ayer tan cercana a Roma, es hoy un cuadro heteróclito y variopinto, heredero natural de los tiempos en los que campeó por estas tierras la Teología de la Liberación, con su caravana iconoclasta y desacralizadora, aunque no faltan los indicios de una lenta recuperación, aunque tampoco faltan los obstáculos que muchos ponen a esa misma recuperación.

Hoy, la Iglesia chilena cuenta con 5 archidiócesis, 18 diócesis y 2 vicariatos apostólicos. Entre fines de los 60' y fines de los 80' fue (como prácticamente toda América Hispana) el terreno privilegiado de experimentación para todos aquellos que quisieron venir a instalar sus utopías modernistas (que, por supuesto, no tuvieron mucha acogida en sus lugares de origen), léase: Misioneros de Maricknoll (que llegaron a hacerse cargo de un gran número de parroquias nuevas, surgidas del aumento de la población urbana en casi todo el país), curas obreros europeos que, tras el final de la guerra emigraron, muchos institutos seculares surgidos a la sombra de la "hermenéutica rupturista" del Concilio Vaticano II y, finalmente, un cierto número de "Misioneros Laicos", que, en su condición de tal, contribuyeron fuertemente a izquierdizar la Iglesia de aquellas nuevas parroquias, bajo el alero de la mayoría de las cuales encontraron casa.

Si embargo, y pese al hecho de que las condiciones históricas y la influencia del Arzobispo de Santiago (Cardenal Raúl Silva Henríquez, primado y presidente de la conferencia episcopal por muchos años) abonaron el terreno para el desolador panorama que hemos comenzado a esbozar, no faltaron también las VOCES DE RESISTENCIA que, por episódicas y fundamentalmente desconectadas entre sí (en la mayoría de los casos no pasaron de iniciativas personales de sacerdotes y laicos dispersos en un país extremadamente largo), no consiguieron gran impacto, como no sea la supervivencia de la Iglesia de siempre en algunos espacios específicos y eso pese a las acciones de "acallamiento" que paulatinamente se implementaron. En nuestra diócesis de Santiago (capital de Chile), por ejemplo, tuvo lugar la resistencia más fuerte y organizada, representada por la Asociación T.F.P (Tradición Familia y Propiedad) de imborrable memoria. Se trataba de una asociación de laicos que luchó durante años por hacer ver a las autoridades eclesiásticas y al pueblo fiel el nivel de desastre espiritual y social al que conducía el nuevo actuar de la Iglesia Chilena, dirigieron varias cartas a los nuncios de la época y a la Santa Sede, pero no obtuvieron nunca respuesta satisfactoria, de modo que publicaron (a fines de los 70') un libro emblemático, cuyo título resume la posición que los católicos de siempre teníamos entonces: "La Iglesia del Silencio en Chile". Del mismo modo, pero sin concertación alguna entre ellos, también hubo algunos obispos que se esforzaron por mantener la sana doctrina entre sus fieles, recordamos ahora, entre otros, a Monseñor Emilio Tagle Covarruvias, Arzobispo-obispo de Valparaíso; Monseñor Ramón Munita, Monseñor Bernardo Cazzaro Bertollo, Vicario Apostólico de Aisén; y también algunos sacerdotes, entre los cuales merecen especial mención el inolvidable Rvdo. Padre Osvaldo Lira (que celebró la misa de siempre hasta su muerte en nuestra diócesis) y, más al sur, en Concepción (segunda cuidad de Chile) al Padre Benedicto Guiñez, quien, sorprendido a fines de los 70' oficiando aún en su parroquia (rural) la misa de siempre, fue confinado en la casa del clero y autorizado a continuar celebrándola en un altar lateral de la catedral, siempre y cuando fuera a las 6:00 de la mañana. Dios lo tendrá en su Gloria.

Como consecuencia de todo esto, el porcentaje de fieles lentamente, pero de manera inexorable, ha ido descendiendo en 1874, 98%, 1907, 90%, 1962, 85%; y en estos tiempos 1982, 78%, 2002, 70% y 2009, 67%. Si bien, no todos, la mayoría de nuestros obispos parecen haber entendido su cargo más como una función política que como un encargo pastoral de la Santa Sede, aunque hay que reconocer que a partir de fines de los 70' y comienzos de los 80' las designaciones han sido más cuidadosas, como lo manifiestan el nombramiento de Monseñor Juan Francisco Fresno como Cardenal Arzobispo de nuestra diócesis (Santiago de Chile) y, entre otros, Monseñor Antonio Moreno Casamitllana en Concepción, obispo que merece particular mención por su capacidad para ordenar obispado y universidad después del desastrosamente "liberacionista" obispado que heredó, pero también por su incontestable apego a la recta doctrina y su extraordinaria sapiencia en materias éticas y espirituales. Todavía sus fieles de Concepción lo recuerdan con gran nostalgia y algunos de ellos nos han remitido algunas de sus homilías, que son verdaderas lecciones de exégesis bíblica. De los obispos que hoy tenemos, aquí una pequeña descripción o comentarios de ellos, aunque reducidos a las diócesis de la que tenemos información:

Diócesis de La Serena, su obispo es Monseñor Manuel Donoso Donoso, tiene 73 años y es sacerdote de la (perniciosa, al menos por estos lados) Congregación de los Sagrados Corazones. Un obispo no muy sobresaliente en el "Sindicato de la Conferencia Episcopal chilena" y de posiciones poco claras, ya que, en alguna ocasión moralmente correcto, en otras no tanto y, en cuanto a la Liturgia se refiere, completamente opuesto a la Misa tradicional, pese a las innumerables peticiones de sus fieles, algunos de los cuales finalmente han terminado asistidos por la Fraternidad de San Pío X o asistiendo a Misa en Santiago. Es uno de los obispos chilenos más abiertamente contrarios al Motu Proprio de Benedicto XVI, Summorum Pontificum.

El obispo de Valparaíso, Monseñor Gonzalo Duarte de García Cortázar, de 68 años, también perteneciente a la Congregación de los Sagrados Corazones, que, ya sea por obra gratuita de la Providencia, o porque heredó una diócesis que Don Emilio Tagle Covarruvias mantuvo en la recta doctrina, o porque fue capellán castrense es uno de los que ha manifestado más independencia o personalidad dentro del “sindicato o conferencia episcopal chilena”. Es sin duda un hombre de clara doctrina y carácter, y uno de los pocos que obedeció desde el principio el Motu Proprio permitiendo la Misa tradicional, con algunas restricciones al principio, pero finalmente sin problema. Ya ha sido mencionado como uno de los principales candidatos para el Arzobispado de Santiago.

En la Archidiócesis de Santiago, su Arzobispo es Su Eminencia. Rvma. Monseñor Francisco Javier Errázuriz Ossa, de 78 años ya (algo pasado para recibir la "chochera canónica" correspondiente), sacerdote de Schoentatt y según se dice hace mucho, algo enfermo de alguna rarísima enfermedad que le ha afectado los últimos años. Un hombre "bonachón" y absolutamente políticamente correcto (valga la aliteración superlativa), muy simpático, pero conocido en esta diócesis como "Su Santísima Nulidad" y esto por una razón numérica muy simple: todos sabemos que sumar más con menos da CERO y eso es lo que Su Eminencia Reverendísima sabe hacer mejor, especialmente en el terreno que separa el discurso de los actos (nos abstendremos por ahora de citar lo que el Doctor Angélico dice acerca de este tipo de contradicciones, pero todos recordamos que aconseja mirar los "actos"), a modo de ejemplo, después de alguna encendida declaración moral que todos aplaudimos, Su Emcia. Rvma. recibe en su residencia particular nada menos que al candidato COMUNISTA a la presidencia de la República, que no sale de ahí penitenciado y católico, sino tan comunista como siempre y además agradecido, o sea, (+1) + (-1) = 0 . De ahí entonces lo de "Su Santísima Nulidad"; pero si esto no bastara, valga un último ejemplo (entre muchos otros): Su Emcia. nunca se ha opuesto a la celebración de la Misa Tradicional y, de hecho, fue el primer obispo de Chile en procurarla y en nuestra diócesis se celebra regularmente en muchos lugares, sin embargo, ha perseguido "a sangre y fuego" a los pobres curas del Instituto del Buen Pastor, (y eso de "Pobres" los que alguna vez hemos ido a misa en su oratorio sabemos lo real que es), lo que no se entiende habiendo sido él mismo quién les dio la licencia para celebrar misa unos meses antes de expulsarlos; ¿Será que el verdadero primado de Chile reside en el "Sindicato" de la Conferencia Episcopal? Una vez más, (+1) + (-1) = 0 . A Sanctissima Nulitate nostra, Liberanos Domine!

Obispado de San Bernardo: su obispo es Monseñor Juan Ignacio González Errázuriz, uno de los obispos más jóvenes de Chile, con 53 años. Tiene a su cargo y “resguardo”, al sur de Santiago, el obispado que heredó del inolvidable Monseñor Orozimbo Fuenzalida, obispo de muy recta doctrina y de incomparable devoción eucarística. Monseñor González, sacerdote numerario del Opus Dei, ha sido uno de los pocos que se ha manifestado directamente en contra del aborto, matrimonios homosexuales y eutanasia en la prensa, no sin la abierta oposición de nada menos que del Presidente de la Conferencia Episcopal (en adelante "el Sindicato", por razones que ya explicaremos). En momentos que en Chile nos aproximamos a las elecciones presidenciales, él ha sido el único obispo que ha tenido a bien orientar a los católicos en ese difícil momento (en el que no hay candidato alguno que defienda los temas morales) y, aunque su pastoral llama a "aceptar el mal menor", es un apoyo que el resto del "Sindicato" nos ha negado hasta ahora. Alguna vez ha sonado como candidato al Arzobispado de Santiago, pero es probable que, por ser fiel a La Santa Madre Iglesia, no cuente con el apoyo del "Sindicato", aunque aun hay esperanza que el Santo Padre logre conocer su heroica lucha. Aunque es del Opus Dei, tiene un carácter muy fuerte como para “lo políticamente correcto” y es por eso que es uno de los pocos obispos de Chile que vale la pena escuchar y seguir.

Diócesis de Rancagua: su obispo es Monseñor Alejandro Goic Carmelik, de 69 años. Se le puede considerar el "Primado de facto" de la Iglesia chilena, ya que su ostensible influencia trasciende con mucho los límites de su cargo de Presidente de la Conferencia Episcopal. Ordenado obispo muy joven (contaba con 39 años), una buena persona, muy carismático e inteligente, comenzó a ser conocido cuando se convirtió en obispo auxiliar de Concepción, en donde a poco andar se se reveló el verdadero "poder detrás del arzobispo" y, según nos cuentan los fieles de por allá, era muy acogedor y prácticamente omnipresente. De claras tendencias izquierdizantes, hoy se le puede considerar como el símbolo del progresismo no sólo dentro de la Iglesia sino de Chile y seguramente aspirando al de América. Elocuentemente silencioso o tímidamente expresivo en temas morales, prácticamente todas sus declaraciones son políticas y, recién hace unos meses, al oponer el concepto de "Sueldo ético" al de "Sueldo mínimo", alcanzó una de las notoriedades que ya en otras ocasiones ha alcanzado en el espectro político chileno; algo muy loable si no fuera porque es obispo católico y no político (al menos formalmente). Quizás un error vocacional.

El pequeño Obispado de Linares tiene como Pastor a Monseñor Tomislav Koljatic, joven, amable y muy querido de los jóvenes sin necesidad de armar fiestas electrónicas o festivales étnicos urbanos, en el hay esperanzas que sea uno de los buenos defensores del derecho a la vida y parece que comienza a despertar temores de los dinosaurios que lo creían uno de los suyos.

Monseñor Carlos Pellegrín dirige el obispado de Chillán con enérgica mano y uno de los pocos interesados en seguir su labor de Pastor y no de político o de showman. Su obispado no es fácil: muy pocas vocaciones y malos sacerdotes con los que está obligado a lidiar día a día. Dios le de fuerza para defender la que fue una de las diócesis más decentes y plenas de Chile.

El Arzobispado de Concepción (Diócesis más antigua de Chile) tiene como obispo a Monseñor Ricardo Ezzatti Andrello, de 67 años, italiano de nacimiento, pero avecindado en Chile desde hace mucho, es originalmente sacerdote salesiano. De permanente sonrisa, fue por varios años obispo auxiliar acá (Santiago), en donde se distinguió por sus más que excelentes relaciones con el gobierno socialista, en una de cuyas comisiones (relacionada con la educación) colaboró y mereció por ello grandes elogios de parte de los políticos de ese conglomerado, obtuvo la nacionalidad chilena por decreto presidencial. Desde el año 2006 es arzobispo de Concepción, como sucesor del recordado Monseñor Antonio Moreno Casamitjana. Su acción pastoral podría calificarse de "bipolar" o al menos oscilante: parece rectamente conservador en los temas morales y litúrgicos (aunque originalmente fue uno de los que se opuso al Motu Proprio, pero cedió finalmente), pero muy liberal en los temas sociales, los que parece preferir claramente, aunque sin mucho éxito, lo que le ha ganado el apelativo de "Monseñor Errati" entre los fieles y una parte del clero de esa diócesis.

El Obispado de Los Ángeles, tras el esforzado pastoreo del inolvidable Monseñor Orozimbo Fuenzalida, hoy es sin duda el más conservador de Chile por tradición. Su actual pastor es Monseñor Felipe Bacarreza, quien fuera antes obispo auxiliar de Concepción durante el obispado del también muy recordado Monseñor Antonio Moreno Casamitjana. De Don Felipe es posible resaltar muchísimas cualidades: su sincera piedad, su discreción, su inteligencia, etc. , pero podemos resumirlas en una sola afirmación: es un obispo católico como cabría esperarlo aunque sea en estos tiempos de tanta confusión, mucha suerte tienen los fieles de la diócesis de Santa María de Los Angeles.

El Obispado de Temuco, capital de la Araucanía no puede tener un peor obispo posible, Monseñor Manuel Camilo Vial Risopatrón, de 74 años y perteneciente a la congregación de Padres pallotinos. es el ciego defensor del legado de Silva Henríquez y por lo tanto uno de los últimos dinosaurios vivientes. Todos esperamos su pronto fin a cargo de una zona donde el protestantismo fundamentalista tiene a su haber un 30% de la población. Sin duda la excusa es muy buena: falta de vocaciones.

El obispado de Villarrica es dirigido por Monseñor Francisco Stegmeier Schmidlin, de 47 años, sacerdote diocesano originario de Los Angeles. Recién este año fue nombrado obispo de La Araucanía, diócesis que recibe recién constituida como tal luego de ser Vicariato Apostólico encomendado a los capuchinos. Aunque quienes conocieron a Monseñor como sacerdote no dudan en calificarlo como “un santo”, es evidente que todavía es muy pronto para emitir algún juicio confiable sobre su labor de obispo, la que, al menos hasta aquí ya se revela como extremadamente cuidadosa de su grey y con evidente fidelidad a la recta doctrina y cuidada celebración de la Liturgia, lo que contrasta fuertemente con el pasado de coreografías musicales que acompañaban las misas de los reverendos capuchinos del lugar. Que no quede duda que el nuevo obispo no tendrá problemas en indicarles a las damas que no vayan con bikinis a la misa del domingo al mediodía como se estila en el concurrido balneario de Pucón, muy cerca de Villarrica (auque sean argentinas).

El Vicariato Apostólico de Aysén es dirigido por Monseñor Luis Infanti Della Mora, de 55 años y miembro de la Orden de los Siervos de María. Dicen que no quería ser sacerdote y permanecer como hermano, cosa que habría sido muy buena porque nos habríamos evitado un obispo como él. No es que Monseñor sea mala persona, por el contrario, pero probablemente su gran sensibilidad social y su no demasiada inteligencia conforman un coctail un tanto peligroso, como lo demuestra el hecho de que Monseñor recibió en su diócesis (como invitado de honor) al hereje teólogo de la liberación Leonardo Boff y no sólo lo recibió, sino que aprovechó la ocasión para que tan conspicuo personaje diera su bendición a una carta pastoral que él había preparado (y que lanzó en la ocasión) sobre temas ecológicos; fue el único miembro del Sindicato episcopal que se atrevió a tal cosa (en público, al menos) y sin dar explicación satisfactoria alguna. Todo ello supuso un más que notable escándalo y le valió incluso una reconvención del "Sindicato".

Aquí concluye el informe que habíamos solicitado y que de nuevo agradecemos. Notamos que en Chile hay mucho más interés por el modo extraordinario de celebración de la santa misa que en España y creemos que será muy importante la sustitución, a no tardar mucho, del arzobispo de Santiago, cardenal Errázuriz. No sería bueno que recayera en Goic.
Con Nuevo Presidente en nuestro país... "que vengan los cambios en la Iglesia se ha dicho".
A.M.D.G.
TOMADO DE "La cigüeña de la torre"

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